La inflación de abril estuvo nuevamente por arriba de las expectativas. Al 6% del índice general hay que complementarlo con el dato de inflación núcleo que fue del 6,7%. Se trata de señales que generan preocupación porque implican un desequilibrio con respecto al ritmo de inflación y a la tasa de interés. El BCRA reaccionó rápidamente a la noticia con una nueva suba de la tasa de interés, pero nos preguntamos si es suficiente, dado el ritmo que mantiene la inflación.
El primer interrogante que aparece es tratar de entender cuál es el ritmo real de la inflación, más allá de las influencias que puedan tener algunos factores puntuales dentro del índice de precios de cada mes.
Si se toma como referencia el aumento de precios de los últimos 3 meses y se lo anualiza para expresarlo en términos de inflación anual, el nivel actual se acerca al 100%. La expectativa anual igualmente sigue estando todavía en torno al 65% (REM). Eso implica que el mercado está esperando algún tipo de desaceleración, a pesar de que en los últimos tres meses los datos han sido altos. El ritmo que se observa en el índice general se repite en la inflacón núcleo.
Un punto a tener en cuenta es que cuando la inflación se acelera, empieza a generar un efecto estadístico que se define como “arrastre”. Dado que lo que se miden son los precios promedio de cada mes, la diferencia entre los precios de fin de mes y el promedio genera un piso para el mes siguiente. Por ejemplo, el dato de abril, luego del 6,7% de marzo ya tenía un piso estadístico del 3,1%.
Cuando miramos hacia adelante, ese piso baja a 1,6%, lo que permite pensar en un dato de mayo más contenido. Por ejemplo, si se mantuviera el ritmo de aumento neto de abril, el incremento de precios de mayo sería de 4,5%. Aunque ese valor puede estar funcionando como un piso, porque en mayo se suman dos factores centrales que tienen alto impacto: la suba en el precio de los combustibles y los aumentos presentados en las Audiencias Públicas para los servicios públicos domicilarios. Este factor sumaría 1,3 puntos adicionales a la inflación si se los aplica retroactivos al 1º de mayo.
En definitiva, si en mayo la inflación se mantuviera con un piso de 4,5% como se explicara anteriormente, el ritmo anualizado no cambiaría. Es decir que la economía está funcionando con niveles de inflación sostenidamente elevados.
Dados esos niveles de inflación, los grandes desafíos por delante son dos, buscar anclas que permitan bajar esos ritmos y alinear el resto de las variables para no producir mayores desequilibrios.
Como vemos, el dato de inflación genera preocupación en varios frentes. Por un lado por la dificultad para encontrar anclas nominales y las que existen son de efecto retardado (fiscal, reservas y política monetaria). A su vez aparecen factores que dejan claro que la inflación de los próximos meses difícilmente sea mucho menor a la actual.
Eso implica un desafío doble para el BCRA, que debe buscar la manera de que no se le atrase demasiado el tipo de cambio real, con tasas de interés que van subiendo pero no a la velocidad suficiente como para ganarle a la inflación ni al tipo de cambio.